Debido a que el Parlamento Abierto “Voces diversas, Convergencias posibles”, Hacia una legislación favorable a la convivencia de la pesca deportiva y ribereña o artesanal del pez dorado en México, no garantizó las condiciones para su celebración imparcial y democrática, el secretario de Turismo, Economía y Sustentabilidad (SETUES), Luis Humberto Araiza López, así como funcionarios estatales de los tres niveles de gobierno, entre ellos la senadora Guadalupe Saldaña abandonaron dicho acto.
En mesa de trabajo y ante medios nacionales, el también presidente de la Unión de Secretarios de Turismo de México (ASETUR), en conjunto con el Secretario de Pesca, Acuacultura y Desarrollo Agropecuario, Andrés Córdova Urrutia, así como representantes de los diferentes sectores en Baja California Sur, manifestaron de manera unánime su total rechazo a esta propuesta, al destacar las afectaciones que ocasionaría a nivel turístico, económico y ambiental.
Araiza López hizo enfática la postura del Gobierno del Estado y de la industria turística del país, de estar en contra de la liberación del pez dorado a la pesca comercial, al subrayar que la pesca deportiva genera miles de empleos y una importante derrama económica, además de detonar el potencial de destinos del Pacífico Mexicano como Los Cabos, La Paz, Mazatlán, Puerto Vallarta, Acapulco, y Rivera Maya, entre otros, como sede de torneos y competencias internacionales.
En ese sentido, precisó que más de 45 mil familias viven del turismo deportivo, al agregar que actualmente se contabilizan 3 mil embarcaciones dedicadas exclusivamente a esta actividad y cada una genera cinco empleos directos y 10 indirectos.
Asimismo, subrayó que cada turista que práctica la pesca deportiva tiene un gasto promedio en hospedaje, alimentación, renta de embarcaciones y compra de insumos, de 2 mil 500 dólares, cifra 5 veces mayor al gasto promedio del visitante extranjero, por lo que se estima que anualmente, son más de 2 mil millones de dólares la derrama económica generada por esta actividad.
“Liberar el pez dorado en México, representaría beneficiar a grandes empresas pesqueras propietarias de embarcaciones mayores, sería condenar a la extinción a la vaquita marina y la totoaba, además de atraer otros problemas ambientales. Liberar el pez dorado dejaría en huesos a la industria turística nacional. El turismo requiere de una política de Estado seria y comprometida, que motive su desarrollo y su crecimiento”, concluyó Luis Humberto Araiza López.