“La contribución de esta ilustre luchadora, no puede quedar solo en el reconocimiento que año con año se otorga a la mujer sudcaliforniana más destacada por su participación activa en el desarrollo e impulso del Estado en sus aspectos político, social, cultural, educativo científico y a favor de las causas de las mujeres, el otorgamiento de la Presea que honrosamente lleva su nombre y que enaltece a quien es galardonada. Su existencia debe quedar grabada en la historia de la vida política y social de nuestro Estado”, argumentó la diputada Gabriela Cisneros Ruiz, al proponer ante el pleno, se inscriba con letras doradas en el Muro de Honor de la Sala de Sesiones “Gral. José María Morelos y Pavón” del Poder Legislativo, el nombre de María Dionisia Villarino Espinoza.
Ahí mismo, la legisladora señaló que la presente propuesta forma parte de los planteamientos presentados en el Primer Parlamento de la Mujer Sudcaliforniana.
Del mismo modo, se propone realizar una exhibición fotográfica e histórica de la ilustre sudcaliforniana María Dionisia Villarino Espinoza en la Sala de Sesiones “Gral. José María Morelos y Pavón”, a efectuarse en la Sesión Pública Solemne donde se entregará la Medalla “María Dionisia Villarino Espinoza” edición 2023, el martes 17 de octubre del presente año, por lo que para tal efecto, se deberá convocar a los Titulares de los Poderes del Estado, así como a quienes presiden los cinco Ayuntamientos del Estado.
Cabe señalar que, María Dionisia Villarino Espinoza (1865-1957), fue una heroína revolucionaria, también llamada doña Nicha Villarino, y también fue conocida como “La Coronela”. Nació en Todos Santos, Territorio de Baja California el 25 de junio. Vivió con familiares en San Francisco, California, Estados Unidos de América. Se casó y enviudó muy joven, regresó a la península de Baja California y se estableció en el mineral de Santa Rosalía. En 1913 participó en la lucha social asistiendo a los revolucionarios heridos. Junto con otras mujeres lograba información del enemigo y la comunicaba a los revolucionarios. Después del cañoneo naval a Casa Blanca, en donde murieron los cabecillas del movimiento local, rescató los cadáveres para velarlos.