En las instalaciones del Hospital General de Subzona (HGSZ) No. 38 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en San José del Cabo se reunieron el director del nosocomio, doctor Adonis Pierre Gonzalez Trujillo Narvaez; el médico urgenciólogo, Jorge Liceaga Casas; Hugo N, Milka N y Fernando N, para hacer un llamado principalmente a los jóvenes sobre la prevención de accidentes, a través de la historia de vida de Fernando.
La tarde del 14 de diciembre del año 2016 será sin duda una fecha inolvidable para la familia Haro Sauceda, ya que su hijo Fernando de tan solo 15 años de edad tuvo un accidente en motocicleta que casi le cuesta la vida.
Fernando recuerda que ese día, acompañado de su hermano, salió de su casa en la moto, y a pesar que su mamá le advirtió que no saliera si no tenía casco, no le obedeció. Fue a la altura de la colonia El Zacatal en San José del Cabo que colisionó contra un camión de volteo.
El hermano afortunadamente resultó con lesiones menores, pero Fernando no corrió con la misma suerte.
Por azares del destino, pasaba por el lugar del accidente un paramédico que se detuvo a prestar los primeros auxilios a los jóvenes accidentados y aún más sorprendente, en esos momentos su papá Hugo y su mamá Milka pasaron por esa zona y de inmediato vivieron el horror de presenciar a su hijo bañado en sangre y debajo del camión entre fierros calientes y retorcidos.
Dijeron, que quienes se encontraban en el lugar del accidente, los detenían para que en medio de su dolor y desesperación, no se abalanzaran sobre sus hijos y entorpecieran las labores de rescate. Fernando fue traslado por la Cruz Roja al HGSZ No. 38.
Hugo y Milka coincidieron en asegurar que gracias al seguro de estudiantes que tenía su hijo por estar inscrito en el COBACH, fue atendido en el IMSS, donde recibió una atención oportuna en el servicio de urgencias y lo resucitaron; recuerdan que por la grave lesión cerebral de Fernando, los médicos no le daban muchas esperanzas de vida, aunado a que el ojo se le salió de su órbita y la probabilidad de perder la vista era muy alta.
Por su parte, el médico urgenciólogo del IMSS, Jorge Liceaga Casas, señaló que Fernando fue recibió en el IMSS con un traumatismo craneoencefálico severo, con alteraciones en sus ojos, lo que indicaba que tenía un problema eminentemente neurológico ocasionado por el mismo traumatismo, una contusión cerebral del lado derecho y una deformidad en el antebrazo izquierdo.
El doctor Liceaga Casas, señaló que el paciente fue estabilizado en el área de shock, con aporte de oxígeno, manejo para el dolor, antibióticos para las lesiones, tratamiento antiinflamatorio por vía intravenoso y ante la gravedad que presentaba por el traumatismo craneal, fue trasladado al HGZ/MF No. 1 en la ciudad de La Paz.
Después de una serie de estudios, el neurocirujano indicó el manejo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), fue sometido a un coma inducido para dejar descansar el cerebro y bajar la inflamación, se entuba al paciente y se deja en terapia.
Durante su estancia en UCI que fue de cuatro días, su evolución paulatinamente fue hacia la mejoría; se le controló la inflamación cerebral, se retira del coma y se observa que tiene un buen estado neurológico, el paciente presenta buena recuperación e inicia los tratamientos para las secuelas del accidente, del brazo, del ojo y orbita ocular.
El derechohabiente de manera sorprendente, al cabo de un mes hospitalizado, presenta una recuperación casi total y es dado de alta con algunas recomendaciones para que continúe su rehabilitación en casa y con citas con su médico familiar para su seguimiento y valoración.
Para finalizar el médico enfatizó que el éxito en la recuperación de Fernando, es la suma de todos los esfuerzos y las buenas acciones que se realizaron, tanto del paramédico anónimo que se detuvo en el lugar del accidente, como del personal de la Cruz Roja que lo apoyaron en esos momentos, así como la atención que se le brindo en el Hospital por el personal de urgencias.
Hugo y Milka, quienes acompañaron a su hijo en todo momento en su atención médica, agregaron, que de no contar con la prestación del seguro de salud para estudiantes por parte del gobierno federal, todos los estudios, medicamentos, traslados, la terapia intensiva, hospitalización, rehabilitación y demás atenciones que requirió el joven, sin duda, hubieran representado un gasto económico muy difícil de solventar para su familia.
Fernando hizo el siguiente llamado: “Decirles a los jóvenes y también a los adultos, que tengan precaución y responsabilidad y no tomen la vida como un juego, que manejen con cuidado y piensen bien las cosas, que un casco y el cinturón de seguridad les pueden salvar la vida”.
Luego de la atención oportuna que recibió, el joven derechohabiente del seguro social, dice sentirse muy bien y agradeció la atención de médicos y enfermeras que en todo momento celebraron su vida.